Capítulo 2 El paradigma del error total

Este capítulo describe muy someramente el paradigma de los errores que se cometen en una encuesta y cómo al tenerlos en cuenta en la etapa de planificación, es posible medirlos acertádamente y acotarlos con base en el principio de representatividad. En general, todos los procesos en una encuesta deben estar planificados de antemano, antes y después de la recolección de los datos. Por ejemplo, el cuestionario (instrumento de medición) debe estar muy bien diseñado para que las respuestas de las personas describan acertadamente las características de los entrevistados. De la misma forma, el subconjunto de personas que participan en la encuesta debe ser expandido con precisión y confiabilidad para que represente con certeza a la población de interés.

Béland et al. (2005) describen los principales elementos del diseño de una encuesta de hogares y esta es una tarea que deben afrontar los equipos técnicos de las ONE en términos de aprender de las experiencias del pasado para mejorar los procesos operativos, metodológicos y logísticos en las siguientes aplicaciones de las encuestas. Es así como ante la nueva oleada de censos que se avecina en la próxima década, será natural actualizar los marcos de muestreo y con ello se viene un reto para los equipos técnicos encargados de la encuestas de hogares en América Latina que consiste en evaluar el impacto del cambio de los marcos de muestreo y sus efectos en la comparabilidad de las cifras oficiales.

En una encuesta, el interés no se centra en las características particulares de un individuo sino en las características de la población a la cual ese individuo pertenece. De esta forma, la inferencia siempre se realiza teniendo en mente agregados (indicadores) poblacionales. La figura 2.1 presenta las dos fuentes principales de error cuando se realiza una encuesta:

  1. Error de muestreo: ocurre porque no se incluyeron a todas las personas de la población y se seleccionó una muestra.
  2. Error no muestral: se refiere a las posibles desviaciones de las respuestas provistas por un entrevistado con respecto al verdadero atributo que se desea medir.
El paradigma del error total. Fuente: adaptación de Groves et al. (2009)

Figura 2.1: El paradigma del error total. Fuente: adaptación de Groves et al. (2009)

Por ejemplo, en una encuesta de fuerza laboral mensual, puede haber confusión en el respondiente si no se hace hincapíe en el periodo de referencia; no es lo mismo indagar por la semana pasada, que por el mes pasado y el respondiente debe ser guiado para evitar equivocaciones. Además pueden existir no respondientes en algún subgrupo de interés, o incluso el marco puede estar desactualizado. Uno de los objetivos de la planeación concienzuda de la encuesta es minimizar los errores no muestrales. Es necesario minimizar las discrepancias encontradas entre la respuesta verdadera a una pregunta y la respuesta final.

Groves et al. (2009) plantea que durante todo el siglo pasado, ha surgido una serie de teorías y principios que ofrecen un marco de referencia unificado en el diseño, implementación y evaluación de encuestas. Este marco de referencia se conoce comúnmente como el paradigma del error total de muestreo y ha encaminado la investigación moderna hacia una mejor calidad de las encuestas.

Referencias

Béland, Y., Vincent Dale, Johane Dufour, y Marc Hamel. 2005. «The Canadian Community Health Survey: Building on the success from the past». En Proceedings of the American Statistical Association Joint Statistical Meetings 2005, Section on Survey Research Methods, August 2005.
Groves, Robert, Floyd Fowler, Mick Couper, James Lepkowski, Eleanor Singer, y Roger Tourangeau. 2009. Survey Methodology. John Wiley; Sons.